Se viene un 8% de aumento en los combustibles a partir de mayo

La suba de la nafta y el gasoil corresponde a un incremento en los impuestos a los combustibles de $ 61 y $ 42, respectivamente. Los nuevos valores regirán desde mayo. El aumento rondaría el 8 por ciento la semana que viene.

Es porque vuelven a subir los impuestos a los combustibles y las petroleras trasladarán al menos la devaluación acumulada del último mes, el 2% mensual que sube el dólar.

A partir del 1 de mayo, el Gobierno incrementará el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono -CO2- (IDC) por un total de $ 61,82 por litro de nafta y $ 42,07 en el gasoil, según consta en la web de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y relevan los dueños de estaciones de servicio nucleados en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA).

No obstante, a esto habría que agregarle el porcentaje extra que decidan las petroleras, por lo cual los valores serían algo superiores a los establecidos si se toma en cuenta solo el aumento de los tributos.

Según la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA), el Gobierno podría obtener recaudación tributaria por $ 3 billones en concepto de impuestos a los combustibles, equivalentes a 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) o el 10% del ajuste fiscal que llevan en marcha Javier Milei y Luis Caputo.

Antes de la suba de impuestos a los combustibles, en enero 2024 la recaudación tributaria por esos conceptos fue de $ 46.121 millones, con un incremento de 93,8% nominal o una caída del 45,3% descontado el efecto de la inflación. Ya en febrero, cuando se empezaron a descongelar esos tributos, la recaudación trepó a $ 50.503 millones, con una variación nominal positiva de 15,3% o una real negativa de 69,4%.

Y en marzo, la AFIP juntó $ 82.482 millones por los combustibles, con un salto nominal de 215% y una baja real del 18,8%, publica el diario Clarín.

El IARAF también estudió el impacto en la recaudación tributaria de la quita de subsidios a las tarifas de la energía. "En el gas, por cada $ 1.000 de reducción de subsidios, la Nación reduce su gasto en $ 1.000 y obtiene ingresos extras por $ 146, las provincias obtienen ingresos extras por $ 183 y los municipios por $ 21. Es decir, por cada $ 1.000 de reducción de subsidios, el consumidor final ve reflejado un incremento de $ 1.350 en su factura. En la Ciudad de Buenos Aires, Nación obtiene ingresos extras por $ 146 y la Ciudad por $ 157", señala el informe.

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